Beata
Madre Encarnación Rosal
Fundador de la orden Bethlemita
año1820
Año 1838
año 1838
Año 1857
Ya de nuevo en el Beaterio, se le confía inmediatamente la obra del Colegio y es allí donde inicia su labor de cambiar, plantar y fortificar. Las cosas marchaban muy bien; las gentes que disfrutaban del servicio apostólico del Beaterio manifestaban alegría y las mismas hermanas de comunidad veían la transformación que se iba logrando. Aunque la comunidad valora la labor apostólica de la Madre Encarnación, no todas las Hermanas comparten sus criterios, pero respetan su dedicación y organización.
Luego fue nombrada Vicaria de la Comunidad, e inició la transformación interna del convento. En 1855 fue elegida Priora del convento. Consciente de la misión que Dios le confía, se entregó más de lleno a la oración, para pedir la sabiduría y prudencia necesarias para su desempeño. Emprende la elaboración de las Constituciones que debían regir su convento.
En medio de las dificultades se dedica más a la oración, y el Señor, pródigo en bondad, responde generosamente a la fidelidad de su sierva, manifestándosele de manera confidencial. “Un día, la vigilia del Jueves Santo de 1857, próxima ya la hora del amanecer, fue al coro de la Iglesia y comenzó a meditar sobre la traición de Judas y el dolor que Cristo experimentó en la agonía de Getsemaní”. Estando en oración –narra la misma Madre- “oí una voz interior que me decía: No celebran los Dolores de mi Corazón.” Palabras que fueron para la Madre una llamada particular a honrar y desagraviar el Corazón de Cristo por la maldad, ingratitud y pecados de los hombres.
Después, funda un Colegio en Quetzaltenango, pero debido a la persecución religiosa, tuvieron que ir a Costa Rica, donde fundan dos colegios, uno en Cartago y otro en Heredia. Todo era bienestar y gozo en el servicio del Señor hasta que también a éste país llega la persecución religiosa. De Costa Rica se dirigieron a Pasto, Colombia.
[Tomado de: Carisma y Espiritualidad Bethlemita, Ana Lucía Otero, Bethl.]
La Madre Encarnación muere en Tulcán, Ecuador, el 24 de agosto de 1886. Su cuerpo incorrupto se encuentra en el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, Bethlemitas de Pasto. Fue Beatificada por S.S. Juan Pablo II el 4 de mayo de 1997 en Roma.