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Historia

Nuestro  Instituto de Hermanas Bethlemitas Hijas del Sagrado Corazón de Jesús surge de la Orden Bethlemita, iniciada en Guatemala en el año 1658 por el Santo Hermano Pedro de San José Betancur, natural de Islas Canarias.

Pedro entrega su vida al servicio de Dios en los pobres a quienes busca y atiende con gran amor y especial solicitud. Su casa es casa de todos; allí encuentran ayuda espiritual y material los que la solicitan, y albergue caritativo los necesitados. Atraídos por su vida, se unen a él varios hermanos de la Orden Tercera Franciscana, a la cual pertenecía también el Hermano Pedro. Lo toman como maestro para vivir en radicalidad las exigencias del Evangelio. Por el mensaje que descubre en la Natividad del Señor, y por su gran amor a este misterio, Pedro dedica su casa a Nuestra Señora de Belén y sus hermanos de comunidad toman el nombre de Bethlemitas. En 1668, bajo la inspiración de Pedro, se inicia la rama femenina que atraviesa con el correr de los años, tiempos difíciles y llega a un cierto estancamiento espiritual. En 1838, ingresa en el Beaterio de Belén de Guatemala, María Vicenta Rosal, natural de Quetzaltenango, Guatemala, quien toma el nombre de María Encarnación del Corazón de Jesús.

Elegida Priora en 1855 emprende la reforma y revitalización del Beaterio; para esto escribe Constituciones fieles al espíritu de Pedro y a su propia experiencia evangélica. Ella hizo posible que el carisma y la espiritualidad de Pedro de Betancur llegaran hasta nosotras mediante la comunidad bethlemita renovada por ella, y reconocida como instituto nuevo en la Iglesia, por aprobación jurídica, obtenida por decreto laudatorio del 20 de febrero de 1891. La aprobación definitiva del Instituto se recibió en 1909.

 

Tomado de la Introducción a Las Constituciones de las Hermanas Bethlemitas, Hijas del Sagrado Corazón de Jesús”.